El sillón BKF es un ícono de la modernidad. Pensado y creado en 1938 para los atelieres de jóvenes artistas del microcentro porteño, le debe su nombre a las iniciales de los apellidos de sus creadores, el catalán Antonio Bonet y los argentinos Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy.
Los tres arquitectos se conocieron en París trabajando en el estudio de Le Corbusier, y formaron parte del colectivo del Grupo Austral, que ejerció una gran influencia en el campo de la arquitectura y el diseño latinoamericano.